Jueves, 12 de marzo de 2009 Con urgencia hay que formular y ejecutar una estrategia convergente ante la aceleración autoritaria. Una situación tan grave como la que crean los desafueros oficiales reclama unidad de las distintas expresiones democráticas, así como la ratificación de la vía electoral, democrática y pacífica, única fructífera contra la arremetida totalitaria. Es necesario apelar a la movilización popular en defensa de los intereses de los trabajadores, de la patria potestad, de la educación libre y de la salud. El gobierno saca las garras, porque no sabe hacer frente al terrible fracaso que protagoniza. Pero como buen aprendiz de brujo, lo que hace profundiza su desastre en vez de corregirlo. Eso multiplica las razones para abroquelar el proceso de concertación de los grupos, partidos e individualidades independientes, en este combate por la libertad y la recuperación de una vida política, cultural y económica civilizada. Cinco millones de venezolanos expresaron su opinión y no están dispuestos a dejarse atropellar. El régimen debe detener el empeño de implantar un Estado totalitario que sólo nos conducirá a la miseria, la injusticia, la barbarie y la anarquía. Cuando vemos funcionarios atropellando ciudadanos, recordamos con temor imágenes parecidas vividas en épocas de Stalin, Mussolini y Fidel Castro. Quienes suscribimos este documento, Grupo La Colina, INAESIN, Red Democrática Universitaria, Fundación Gual y España, reclamamos la Unidad Nacional en medio de las diferencias y la unidad sincera y profunda de las fuerzas que creen en una alternativa, partidos políticos, la Iglesia, organizaciones sociales, gremios, individualidades, también en medio de las diferencias. Y proponemos que la unidad le de solidaridad activa a los trabajadores petroleros, del transporte superficial, el Metro de Caracas, la electricidad, las empresas básicas de Guayana, los empleados públicos y los trabajadores de sanidad. Se pretende eliminar la contratación colectiva y los demás derechos sociales que la democracia le concedió a los trabajadores y que consagra la Constitución Nacional. El país necesita ponerse en pié de lucha para conquistar la paz, la convivencia y la sensatez. Proponemos un encuentro inmediato de las fuerzas críticas para emprender un plan de acción contra la agresión del régimen. Hay que organizarse para responder cuanto antes, usando todos los instrumentos democráticos. La pasividad y la desunión en estas condiciones serían imperdonables. Prensa: http://www.analitica.com/va/politica/documentos/3972140.asp
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